La pandemia mundial ha provocado un repunte en el negocio del cloud. En un momento donde la conectividad a internet es fundamental, esta opción es una tabla salvavidas para muchas empresas. Al principio de la pandemia el cloud se hizo necesario para mejorar el teletrabajo y, después, para poder seguir conectando a clientes y proveedores, tratando de garantizar la continuidad del negocio y minimizar el impacto en ventas.
Según los datos recogidos en las últimas semanas casi el 30% de las empresas españolas no tienen nada aún en la nube y cerca del 80% sigue haciendo una copia local en discos duros. Esta situación va a cambiar drásticamente en los próximos años ya que según apuntan diversos expertos en la materia, los negocios deberán digitalizarse si pretenden sobrevivir a esta nueva situación. Para ello el modelo de la nube es de gran ayuda, ya que facilita la digitalización de estas empresas.
Es verdad que no todos los tipos de trabajo son compatibles con el teletrabajo, pero la computación en la nube proporciona unas mejoras significativas de productividad para aquellos que sí lo son. Como puede ser el trabajo administrativo, la contabilidad, la enseñanza, la programación, la redacción, ingeniería y muchos más.
El cloud no solamente ayuda mejorando el teletrabajo, sino que además, los proveedores de alojamiento en la nube están más equipados y tienen experiencia en el manejo de ataques cibernéticos. Esto significa que las soluciones cloud ayudan a minimizar las instancias de tiempos de inactividad provocados por ciberataques. También es necesario señalar que la nube ayuda a los delitos cibernéticos, como puede ser el robo de tarjetas. A medida que los operadores de fraude en línea recurren a la dark cloud para que sus planes funcionen, los proveedores de servicios en la nube ayudan a crear una barrera formidable contra estos delitos.
Un reciente estudio en el que evalúa el impacto que la Covid-19 está teniendo en nuestra economía, pone de manifiesto la importancia de que talento y tecnología estén presentes en la hoja de ruta de cualquier compañía que quiera mantenerse competitiva. Estas predicciones apuntan a que el sector IT dirigirá sus demandas de profesionales hacia cinco áreas tecnológicas muy concretas: transformación del negocio, aplicaciones empresariales, puesto de trabajo digital, cloud & infraestructure y ciberseguridad.
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