Todos los acontecimientos que han surgido a lo largo de este 2020 han provocado, entre otras cosas, una mejora de las infraestructuras de TI, ocasionando que las capacidades de trabajo remoto se conviertan en una de las mayores prioridades de las empresas. Es por ello que diversos estudios prevén que los despliegues de nubes híbridas aumenten aproximadamente 37 puntos porcentuales en los próximos años. La mayoría de empresas afirman que ya se encuentran dando los primeros pasos para ejecutar con éxito un entorno de nube híbrida.
Podemos afirmar que el teletrabajo ha llegado para quedarse y las empresas lo saben. Se prevé que a finales del 2020 el porcentaje de empresas que no cuenten con ningún trabajador teletrabajando a tiempo completo será de tan solo un 13%, suponiendo una mejora de las infraestructuras TI (50%) y las capacidades de trabajo remoto (47%).
La mayoría de empresas afirman que sus principales motivos para abordar esta transformación en sus infraestructuras de TI son obtener un mayor control de sus recursos de TI, así como conseguir la flexibilidad necesaria para lograr los requisitos dinámicos del negocio y mejorar el soporte a los clientes y trabajadores remotos.
Según diversos estudios el 36% de las empresas ya han empezado su migración a la nube. En esta necesaria migración existen una serie de retos que pueden suponer serios obstáculos para las organizaciones, cómo puede ser la seguridad, sus costes, la gestión y la falta de formación de los equipos al cargo.
Es aquí donde entra en juego la virtualización de datos, esto se debe a que esta puede ayudar a las empresas a lograr superar los obstáculos anteriormente mencionados mediante el desarrollo de una arquitectura de servicio para una mejor utilización de la nube. Esto es posible gracias a que esta tecnología gestiona y utiliza tanto el rendimiento del propio sistema como el rendimiento de las diferentes fuentes.
En definitiva, la virtualización de datos permite que los CIO simplifiquen la migración hacia la nube, del mismo modo, facilita la implementación de la propia infraestructura, ya que proporciona una base virtual y provee el procesamiento de datos al mismo tiempo que mantiene su rendimiento, sin tener necesidad de duplicarlos. De esta forma se constituye una solución asequible, que aprovecha al máximo las inversiones existentes y las mejora.
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